Por Fabiola Martínez
Mi llegada a la residencia número tres significó vivir el rompimiento de importantes paradigmas, aceptar las consecuencias de tales rompimientos no fue sencillo, más bien fueron golpes fuertes al sistema de creencias que había aprendido desde México (y que todavía sigue vigente para la auto nombrada izquierda mexicana)
En 1986, a la residencia tres del Instituto Pedagógico de Lenguas Extranjeras llegó un grupo de 72 cubanos porque, año con año, los alumnos y alumnas del ISPLE de La Habana cursaba un año de práctica del idioma ruso en mi instituto. Por las características de la mayoría de las escuelas pedagógicas, la mayoría de los estudiantes llegadas del ISPLE eran mujeres, situación que daba un toque singular a mi residencia, pues cual si fuera la peregrinación anual a Santiago de Compostela llegaban de cacería los cubanos radicados en el Instituto de Aviación Civil KIIGA y los de la escuela militarizada que todos conocíamos como Училищэ (Uchilishe)
El grupo llegado en 1986 despertó a mi sociólogo interno y me dispuse a conocer de cerca a muchas de aquellas hermosas y cadenciosas mujeres: sus sueños, sus proyectos, su vida, su país... Mis vecinas de bloque N y G fueron excepcionalmente amigables y cariñosas conmigo, su vecina de habitación, la rubia M fue gentil pero ambigua.
En las interminables charlas con N, G y M me enteré que año con año llegaban al puerto de Odesa al menos dos barcos repletos de estudiantes cubanos, unas quinientas almas por barco. Era un viaje de dos semanas, y quienes viajaban en el Fiodor Shaliapin lo sabían. Mis amigas estaban maravilladas por la aventura de vivir en alta mar... comida y fiesta las 24 horas del día, claro, con la consigna de que todo lo sucedido en el barco, se quedaba en el barco.
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Ahora bien, los estudiantes cubanos no llegaban a la URSS sólo en barco, a finales de cada verano Aeroflot y Cubana de Aviación transportaban grandes cantidades de estudiantes en sus vuelos regulares y en los vuelos charter. Prácticamente en todas las ciudades y en todas las escuelas de la URSS había cubanos estudiando. Ese año, en Kiev, había unos quinientos cubanos en el KIIGA, 72 en mi instituto y sabe Dios cuántos en la Universidad y el Politécnico, yo calculo que, en promedio, año con año mi ciudad contaban con unos setecientos estudiantes cubanos.
Además de la URSS, el resto de los países del bloque socialista solía impartir educación superior a los isleños, con certeza sé de Hungría, Checoslovaquia y Bulgaria.
Por educación, dogma, imposición, creencia real o todo junto (y salvo contadas excepciones), los cubanos y cubanas que se reunían en mi instituto alardeaban de las maravillas de su país denostando de aquél que a todos nos estaba dando casa, vestido, sustento y educación superior. Tendían a compararse con el resto de los latinoamericanos enfatizando, sobre todo, nuestra histórica pobreza y hambre. Todas estas circunstancias, en conjunto, llevaron a los cubanos a olvidarse de mi presencia y dejarme ver la manera con la que tendían a vernos por encima del hombro.
Claro que, en cuanto se percataban de sus dichos, buscaban la manera de hacerme ver que en ese saco no entraba México, porque mi país había dado asilo a su Comandante en Jefe y gracias a ello el Granma pudo llegar a consumar su famosa Revolución, ¡puro cuento y falsedad, ¡neta creyeron que yo me tragué esa historia!, aún cuando mi ingenuidad e ignorancia al respecto era mucha, con un poco de sentido común, comencé a detectar enormes incongruencias en su historia oficial.
Uno de los cubanos del KIIGA que conocí me habló orgulloso de sus padres, ella una joven de origen eslavo conoció a su futuro marido cuando éste llegó a estudiar a Checoslovaquia allá por 1964, no recuerdo bien.
Empecé a hacer cuentas someras y me pregunté, ¿en verdad creen que voy a comprarles la idea de que su país, por la magia de su Revolución, tuvo la capacidad de formar a sus cuadros profesionales, políticos y militares?
En México hay un dicho que reza, ¿quién te hace rico?, el que te mantiene el pico, me di cuenta de la primera "gran mentira revolucionaria": ni al pueblo de Cuba ni a su gobierno les había costado nada invertir en educación superior para generaciones enteras desde 1963. Lo más irónico de esta historia es que Cuba y los cubanos aprendieron a venderse tan bien que desde el sexenio del ex presidente Felipe Calderón, en los informes de gobierno se hace alarde de importantes inversiones en educación para traer especialistas y pedagogos de la "escuela cubana". ¡y el pueblo mexicano, tan acomodado en su zona de comfort, les compra la idea!
Con respecto a otro paradigma roto, quiero comentar que en mi corta vida de entonces, en México y en mi familia se hablaba de la doble moral en el tema de las relaciones de pareja, la fidelidad y la monogamia, en ese tema, había sectores de la población que ya señalaban esos hechos como indeseables, es más, yo pensaba que México era uno de los países más machistas del continente. ¡Cuán equivocada estaba!
De las mujeres cubanas que llegaron en 1986, un número significativo de ellas presumía un anillo de compromiso de cinco piedras (algo parecido a una churumbela), según la tradición, los novios solían regalarlo a las novias cuando la relación pretendía convertirse en matrimonio. Al relatar la historia de la entrega del anillo de compromiso, las chicas solían enfatizar que no todas lo recibían, aquellas cuya reputación era de "descarada", no era bien vista por su futura familia política y por tanto tenía poco futuro matrimonial.
Otras chicas contaban que recibieron el anillo antes de subir al barco para ir a la URSS, entre charla y charla los cubanos del KIIGA y del Uchilishe (principalmente), llegaban a mi residencia a saludar a sus novias, para mi sorpresa muchas de esas novias eran las mismas que minutos antes me habían hablado de su romántico compromiso.
En cierto momento pensé que ese asunto era privativo de las mujeres, pero casi me voy de espaldas cuando tengo la oportunidad de conversar con los cubanos visitantes, quienes orgullosos decían que en Cuba habían dejado a su novia de la secundaria o del pre universitario, que ellas llevaban años esperándolos, que ellos también habían entregado anillos de compromiso; incluso algunos se jactaban de recibir cartas de sus familiares donde se les mantenía informados del comportamiento decente y pulcro de sus novias...
En mis adentros solía decirme: si van a vivir la vida plena de un joven sano, ¿para qué se comprometen?, esto rebasa por mucho mi idea de doble moral, he vivido equivocada, en el tema de las relaciones de pareja, los cubanos tienen institucionalizada una doble moral muy "a modo".
Desde que inició mi adolescencia he tenido la firme convicción de que la juventud es tan indómita, invaluable, arrebatada y única que debe vivirse a plenitud porque nunca jamás volveremos a sentir ese ímpetu de vida. Cuando relato lo sucedido con los cubanos, no pretendo juzgar ni reprimir el desarrollo de su sexualidad, simplemente reflexiono sobre asuntos que como personas y sociedad no conviene permitir ni fomentar: la doble moral institucionalizada y asistida por familias enteras.
En cuanto al tema de la educación superior mexicana y de la concepción, implementación y desarrollo de nuestro mapa curricular en educación básica, mi relato pretende ser un modesto llamado para no dejarnos deslumbrar por "cristales baratos", porque los valiosos están en Estados Unidos, Europa y Canadá. En México tenemos una firme y centenaria tradición de destacados educadores, contamos con reconocidas instituciones y académicos que pueden hacer valiosas aportaciones a nuestro sistema educativo hoy en franca reestructura. Sólo hace falta creer en nosotros mismos y valorarnos como país.
...¡Ah, si yo fuera joven como tú! ¡Qué placer lanzarse de cabeza a lo que viniere! ¡Al trabajo, al vino, al amor, sin temer a Dios ni al diablo! ¡Eso es juventud!...
En Alexis el griego, de Nikos Kazantzakis
Seria bueno para reflejar mejor la realidad que leyese un buen libro de sistemica o teoria general de sistemas, asi lograria por lo menos equilibrar la subjetividad con la objetividad. No me malinterpre es una sugerencia
ResponderBorrarMuchas gracias por la sugerencia, saludos.
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