26 de abril de 2016

"La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos" [M.T. Cicerón]

(Parte 1)
Por Fabiola Martínez Díaz 

Como pocas veces sucedía en el calendario escolar, poco después del descanso del 1ro de mayo los estudiantes tuvimos un día de descanso más, el del "9 de mayo, Día de la Victoria". Ciertamente se conmemoraba un gran día no sólo para los soviéticos, sino para toda la humanidad, pues tiene que ver con la derrota de la Alemania Nazi y el inminente fin del horror de los horrores del siglo XX: la Segunda Guerra Mundial. 

"Si ignoras lo que ocurrió antes de que tú nacieras, siempre serás un niño", dice una frase de Cicerón. Aunque en mi formación académica básica tuve nociones de la Primera y Segunda Guerra mundiales, en ese tema trascendental yo seguía siendo una niña, pues  poseer un dato o tener una información no significa haber adquirido el conocimiento. 

Antes de llegar a la URSS tuve la suerte de ver en televisión abierta un documental con material grabado por los soviéticos donde se explicaba paso a paso los procesos de la guerra, creo que el documental se llamó Campanas Rojas, fue revelador conocer un punto de vista ajeno al libro de texto y ajeno a la versión estadounidense reducida a las películas de Hollywood. Recuerdo que cada sábado, sin falta, mi madre y yo miramos con atención cada parte del documental hasta la toma de Berlín. Fue aterrador pero valió la pena. 

De ese 9 de mayo de 1986, recuerdo haberme levantado tarde, haber caminado en otras rutas para ir por víveres y escuchar salir de diversos edificios la letra y música de la canción день Победы. También recuerdo haber pasado el día en compañía de mi amiga Diana Danzós, que para entonces ya estaba esperando a su bebé. 

En mi caso no era necesario emplear ese día para sensibilizarme sobre las condiciones y detalles de la Segunda Guerra Mundial en territorio ucraniano, desde mi llegada a Moscú y luego a Jarkov comencé un curso intensivo-vivencial sobre este tema. 

Cuando llegué por primera vez a Moscú y fui a la Plaza Roja, me llamó la atención la gran cantidad de gente adulta, hombres y mujeres mayores portando medallas de tipo militar, ya vestidos de civiles, ya vestidos de militares. Recién llegada a Jarkov también me impactó ver a personas mayores de edad, sobre todo a mujeres, portando insignias o medallas militares pero actuando como si hubieran perdido la razón, mi recuerdo más constante fue haberlas visto mirar al cielo y esconderse en las bancas del parque. 

Diana Danzós aclaraba mis dudas; solía explicarme que se trataba de veteranos de guerra que habían enloquecido con el paso del tiempo por los efectos traumáticos de la Segunda Guerra Mundial (habría valido la pena entrevistar a cada persona y familiar de aquellos parques) 

Otro aprendizaje vivencial sobre esta guerra fue la visita a la Tumba del Soldado Desconocido de Jarkov. Sucedió en la primera quincena de septiembre de 1985, casi ninguno de los estudiantes de la podfak hablábamos ruso, pero recuerdo que todos quedamos impactados sensorialmente. 

Cuando anunciaron la visita al lugar, imaginé encontrar una cementerio convencional lleno de sepulturas y lápidas... No fue así. El lugar era un sitio boscoso lleno de pasto y árboles; la imagen de la luz del sol pasando entre las ramas es imborrable... pero lo más impactando fue el sonido de un corazón latiendo... Todos estábamos en silencio, absortos por los efectos del entorno. 

Fue allí donde inició mi toma de conciencia sobre la guerra y la muerte que genera, también sobre la muerte causada por negligencias surgidas de la avaricia, la codicia, la creencia humana de sentirse dioses (como en el caso de Chernobyl y un sin fin de casos de la actualidad) 

Hasta este momento sigo pensando que ningún sitio web o dispositivo digital sustituyen los aprendizajes vivenciales de los alcances de la guerra y el valor de la paz; este aprendizaje surgirá en las personas a partir de la toma de conciencia, de la reflexión, de la autocrítica, entre otras herramientas. 

La información digital y los dispositivos a través de los cuales la adquirimos, sólo son invaluables herramientas, hace falta conversar sobre estos temas en un ambiente de respeto y tolerancia, no de imposición de opiniones; también hace falta evitar, a toda costa, acostumbrarnos a los hechos que implican muertes violentas y enfrentamientos armados y verlos como algo "normal" o como parte de lo cotidiano. Lamentablemente esto está ocurriendo en México y en bastas zonas del mundo. 

Es más, la muerte violenta por conflictos armados es tan natural en nuestro país y en otros lugares del llamado tercer mundo, que ya ni somos noticia relevante, como lo es un ataque a una estación del metro de Bruselas o al Bataclan de París, hechos dolorosos y lamentables que tienen coberturas interminables y sobre los cuales se pronuncian los dueños del mundo... perdón, los presidentes de las potencias del mundo. Hechos usados, también, como pretexto de intervenciones armadas y como medida de control a unas muy horrorizadas sociedades europeas y estadounidenses que cederán a lo impensable para no perder su status quo

Ucrania fue un territorio muy castigado por la Segunda Guerra Mundial y por el régimen estalinista; Ucrania es un estado que actualmente vive conflictos armados violentos que el mundo prefiere ignorar. Ayer en México se vivieron enfrentamientos armados en Acapulco, ayer también se habló de la "niña de la maleta", y me pregunto ¿por qué hemos aprendemos más rápido a vivir con los conflictos armados, los infanticidios, homicidios y feminicidios?