Por Fabiola Martínez
Como antes lo mencioné, los ramos o flores de las bodas solían depositarse en la base de algún monumento al soldado desconocido o a Lenin. En mi celebración depositamos flores al pie de un busto de José Martí localizado en el jardín del consulado.
![]() |
Salida de la oficina del cónsul, antes de dejar las flores a José Martí. |
Al final del día como jóvenes carentes de conciencia de los hechos, todos nos divertimos y tomamos bastante vodka, además de que bailamos mucha salsa. Las personas que nos atendieron observaban desde lejos nuestra forma de celebrar, y esta mujer de la foto, la que nos está sirviendo bebida, tuvo un gesto hermoso que siempre tendré presente.
![]() |
En la preparación del brindis. |
La mujer que me está sirviendo vino ¿o tal vez champán?, buscó la oportunidad para acercarse y hablar con Valery y conmigo.
-Veo que celebra sin sus padres.
-Sí, todos estudiamos y nuestros padres están lejos.
-Eso comentábamos en la cocina. ¿Saben? Es una pena que sus padres no estén aquí para esta ocasión tan importante.
-Ya nos acostumbramos -respondimos con simpleza, como si realmente no importara.
-Espero no ser inoportuna pero mis compañeros y yo les queremos regalar una botella para que brinden, para que no estén solos, sin sus padres...
Con honestidad puedo decir que no teníamos gran pesar por no celebrar el enlace con la familia, esa forma de afrontar la vida era el resultado de una mezcla de mecanismos desarrollados para subsistir y salir adelante. Por un lado, esa bendita beca nos hizo madurar emocionalmente, por otro lado, es posible que ese aire de indiferencia fuera una coraza para no mostrarnos vulnerables ante la lejanía y la soledad que necesariamente experimentábamos.
La mujer se acercó a nosotros con la botella y nos la regaló en nombre de ella y de sus compañeros. En ese momento agradecí su gesto y hasta pensé su actuar resultaba de una proyección personal. Hoy sé que el motivo de su proceder pudo deberse a la mezcla de todo lo anterior, pero también a la empatía de esas personas hacia nosotros, gente muy joven venida de todas partes sin el cariño de la familia. Y es que, me parece, la familia nuclear y extensa tiene un peso importante, pero no siempre es para bien.
¿A qué me refiero? Hay familias nucleares , y en el caso de México las familias extensas, que no viven sólo de alegrías y gratos recuerdos. No, no es bueno cegarnos, dentro de esos nucleos se marcan nuestras miedos, nuestras incapacidades y castraciones mentales, allí mismo se fabrican las excusas y respuestas "acertadas" para culpar de nuestros males a la sociedad, al mundo, al gobierno...
Mi caso no es mejor ni peor que el del resto de los mexicanos, mi familia nuclear es el ejemplo palpable de siete infancias con grandes carencias económicas que nunca sentí dolorosas porque estuve llena del amor de mi madre, de su prudencia, de su intención de amarnos a todos por igual. Y lo logró tan bien que a pesar de que mi madre tuvo debilidad o preferencia por una hermana y mi padre por dos hermanos, el resto de sus hijos no lo resentimos, había amor y educación en valores para todos.
Como se habrán enterado, la semana pasada explotó un ducto de gasolina en el estado de Hidalgo, México. Al lugar acudieron familias enteras con niños pequeños, y como la muerte no mira edad, el fuego arrasó parejo con todos los que estuvieron a su alcance, y me pregunto ¿quién lleva a sus hijos a los ductos a llenar su cuerpo y sus ropas con gasolina? No sé qué responder, no es correcto que haga señalamientos sobre gente que ya no puede ejercer su derecho de réplica.
Lo que sí sé es que en casa, se nos enseñó a no pedir nada a nadie, a no aceptar dádivas, a avanzar por mérito y no por causar lástima. Esta reflexión me lleva a otra pregunta ¿qué pasa en la cabeza de un mandatario cuando ofrece dádivas a personas que tienen como ocupación la sustracción ilegal de gasolina en ductos del Estado? ¿Está resolviendo el problema? Definitivamente NO, más bien lo agraba, porque ahora, de manera tácita, un hombre ampliamente aprobado por la población mexicana no les enseña a trabajar, sino que les cambia un pez por otro, no hay autoestima, no hay dignidad humana, pues su vida vale un bidón u 8 mil pesos, usted escoge.
Desde hace tiempo comencé a hacer un cofre de perlas con los recuerdos más hermosos de mi familia nuclear, de mi familia extensa, pero sobre todo, de la familia que elegí, mis hermanos nicas, palestinos, ucranianos, rusos, polacos, peruanos, fineses. Sin saberlo, esa mujer de la fotografía y los actos de amor que he recibido, incluso de gente desconocida, son los que hicieron decidirme por ese cofre de perlas que continúo atesorando.