Por Fabiola Martínez
Desde temprana edad, por la influencia de mi hermano Adolfo yo escuchaba una y otra vez el poema de Machado en la voz de Joan Manuel Serrat. En ese tiempo, creo, la canción me gustaba no sólo por la costumbre de escucharla una y otra vez, sino porque la música me parecía , ¿cómo decirlo?... Con una fuerza que transmitía el vigor para comerme a la vida, en aquel tiempo para mí significaba un impulso, felicidad, el poder de echar pa`lante con toda mi fuerza.
Hoy, además de la anterior se suman otras lecturas que surgen de preguntas que me hago todos los días sobre mi vida pasada, por ejemplo cuando escribo el blog; sobre todo por mi vida futura, cuando veo, siento y vivo la incetidumbre de un nuevo gobierno que sólo da tumbos provocando una incertidumbre insólita para la industria editorial, que ha sido parte medular de mi crecimiento personal.
Y aquí estoy, nuevamente reflexionando sobre la trayectoria de mi vida en la URSS, relatando los sucesos posteriores a mi boda, un suceso que abrió un capítulo que en su momento me lleno de contradicciones o, mejor dicho, falta de coherencia intelectual.
Tal vez mi esencia, tan apasionada, en construcción continua, no quería una fiesta de boda, sino una luna de miel, una noche de bodas como ritual en el que sólo la piel hablara por mí y por él. Creo que fue la única solicitud que hice y que no hubo, quizá porque no nos tocaba vivir ese momento...
Antes de finalizar la fiesta, todos habíamos bebido mucho, pero Valery estaba muy ebrio, igual sus amigos y, en ese furor que solemos tener las personas bajo el influjo de alguna droga, Valery me pidió algunos dólares más para comprar dos botellas más de vodka, cuyo contenido desapareció en un parpadeo (y yo fingiendo que no me importaba cuando era todo lo contrario). Mientras todos abandonamos el salón de fiestas, un par de personas cayeron en las matas del lugar, que ya tenía mucha escarcha, en principio me preocupé y luego dije, que se jodan (allí habló mi rencor, malamente).
Valery y yo no tuvimos esa noche especial, ni ese paseo especial, ni en ese tiempo ni después. Todas, son señales o alertas de que la pareja no es bien avenida, alguno de los dos siempre tirará más fuerte hacia lo que quiere, sin importar lo que el otro quiera.
Mi boda marcó un cambio de capítulo, porque sumado a lo anterior, la realidad de un embarazo cimbró mi coraza, esa que me hizo sobrevivir al otro lado del mundo con tan poca edad, me sentí vulnerable. En tanto me reconstruía y carente de recursos emocionales, atendí al instinto animal y me cerré a proteger a mi cría, olvidando que los seres humanos tenemos la capacidad de reinventarnos una y otra vez con la ayuda de las personas que amamos y que son nuestros amigos.
Error mío fue olvidar buscar a mis hermanos nicas Graciela e Iván, a mi amiga Sayonara, a mis compañeros de grupo y a mis amigos del alma Rashid y Jamal. Sólo me sentía a gusto con Isa Morais y Amal Shahin, a pesar de que ninguna de ellas asimiló con prontitud mi estado de gravidez. Y no las juzgo, yo me hice a un lado aplicando la seire de prejuicios aprendidos, pensando que no cabía en su vida, en su divertimento...
A partir de entonces, sólo encontré salvación y cobijo en Natalia, Riita e Irina y sus respectivas parejas. También en mi gran amigo Carlos, ese mexicanito que no he podido encontrar, y en su novia Paty. ¿Y mis compañeros de grupo? Acúsome aquí de actuar con predisposición, de pensar por ellos, de sentirme todo poderosa para decidir que ellos no sabrían comprender la nueva etapa de mi vida. Grave error.
Entre tantas decisiones absurdas debilité el vínculo que pude haber fortalecido para no sentirme sola entre un grupo de personas que continuaban estudiando y viviendo la vida al máximo de sus capacidades. Todo lo que narro no signifca que reniego de mi embarazo o de mi hijo, que es lo más amado que tengo en mi vida, el proyecto del que me siento tan orgullosa. No. Estoy narrando lo que con toda sinceridad pasaba por mi mente y mis sentimientos.
No sé cuántas mujeres viven sentimientos encontrados ante un hecho tan relevante de la vida. Y no me refiero a las hormonas, sino al hecho de visualizar o analizar con profunda sinceridad aquéllo que nos hace sentir un cambio de vida tal.
Hoy, al escuchar aquella pieza musical que mencioné al principio de la entrega, me surgen infinidad de lecturas sobre su letra, ahora mismo, ¿cuál es mi reflexión sobre el contenido de la estrofa?
Caminante, son tus huellas Walker, are your own steps
el camino y nada más on the road and nothing else,
Caminante, no hay camino, walker, there is no path,
se hace camino al andar. the path is made by your walk.
Al andar se hace el camino, By walking, the path is made,
y al volver la vista atrás and when looking back
se ve la senda que nunca you'll see the path that
se ha de volver a pisar. will never be stepped on again.
Caminante no hay camino Walker there is no path
sino estelas en la mar. but trails in the sea.
Explico mi interpretación: Contrario a lo que me enseñó la vida y la sociedad donde crecí y aprendí lo esencial de la vida, el matrimonio no es un camino cuya senda surja al mismo tiempo que la pareja se da el sí. Se trata de dos individuos que construyen su camino dejando su huella y, si tienen mucha suerte, lograrán andarlo tomados de la mano para no perderse el uno del otro, para sostener al otro si tropieza, para hacerle sentir que no está solo si tiene un quebranto, para contagiar al otro cuando algo nos hace reír a carcajadas, pero sobre todo, para contagiar la pasión por la vida. En algunos casos caminarán espalda con espalda para sobrevivir y protegerse.
Yo caminé esa senda con la falsa creencia de que el matrimonio se trataba de pararte frente a diversos caminos trazados y elegir por cual ir. Luego de darme cuenta de que la vida no es así, pasé un largo tiempo castigándome por no saberlo pero, ¿con qué herramientas vivimos la vida? Con las únicas que nuestro destino o entorno nos dá, con las habilidades que tenemos, así, sin más. ¿Podríamos tener más y mejores reflexiones y estrategias para levantarnos mejor de los errores cometidos? Sin duda sí, pero eso es tema de otra reflexión.
Ante lo que estoy narrando, cada persona quizá tenga un aprendizaje de vida para aportar , en mi caso yo diría, "nunca olvides ni hagas a un lado a los amigos", porque ellos, al ser genuinos, siempre estarán para ti y tú para ellos, en una pareja, si tienes suerte, encontrarás también a un mejor amigo, pero no te aferres sólo a esa persona porque te perderás de las riquezas que brinda cada amigo.
Yo, como he dicho en reiteradas ocasiones, escribo para dibujar la senda que no volveré a pisar, para traer a mi mente las estelas que dejaron en mi vida amigos, compañeros y maestros (que también fueron excelentes camaradas de trayectoria).
La dicha de hoy es saber de mis amigos gracias a la tecnología, también he podido escuchar la voz de algunos y he tenido la dicha de ver el rostro de otros. Todos tan cambiados en el exterior pero tan auténticos y tan ciertos en ese interior que me hizo amarlos y añorarlos. Gracias pues, por estar allí, a los que busqué y también por los que me encontraron, con más años, con más o con menos kilos, pero con el mismo corazón de hermanos.