15 de agosto de 2017

Antes del anocher

Por Fabiola Martínez

El atardecer del año 1988 vino con más ímpetu y con la fuerza fulminante de la verdad. No sabría describirlo pero, ese último trimestre voló y dejó huellas imborrables. La atmósfera de la convivencia cotidiana se sentía enrarecida. Los programas de televisión comenzaron a transmitir noticias comentados y mesas de análisis, sobre todo de política actual y de política anterior a la Perestroika y Glanost.

Después de 71 años el gobierno de Mijail Gorvachov dio luz verde para sacar a la luz, de manera gradual. documentos del régimen, esos que ni Nikita Kruschov tuvo el valor de mencionar en su famoso "Discurso secreto". La información iba más allá de lo que significaron los gulags o los hospitales psiquiátricos que usó Leonid Breshnev para enderezar a quienes disentían del régimen.

Mi entrañable amiga Natasha y yo continuamos siendo cercanas y en esta etapa quien solía visitarme con asiduidad era ella. Un día llegó a mi cuarto para tomar el té y quizá también para intentar aliviar su alma, parecía una chiquilla extraviada.

-¡Ужас Фабиола, Ето кошмар! (Fabiola, ¡qué horror, qué pesadilla!
-Садись, выпим чай (Siéntate, tomemos té)

Valeri y Susi también estaban conmigo en la habitación y nos sentamos a conversar. Natasha comenzó a platicarnos que en algún lugar oficial, no sé si en el instituto o el komsomol, les dieron una conferencia donde se les confirmó que la información desclasificada que se estaba difundiendo era oficial y verídica.

<<¿Te imaginas qué sentimos al enterarnos?, ¿quiere decir que todo lo que creí cierto en mi vida no lo es?, ¿qué vamos a hacer ahora en qué vamos a creer? Si todo lo que se dice es verdad, ¿significa que mi abuela tuvo motivos reales cuando escupió al piso al enterarse que Stalin murió?>>

Yo sólo podía escuchar, finalmente ¿qué le dices a alguien que ha perdido todo aquello en lo que fundamentó su vida?... La charla fue larga, escuché la desazón de Naty y de toda su generación, en su voz y en su talante había una mezcla de tristeza, soledad y angustia. Sus razonamientos y cavilaciones me llegaron a lo más profundo, después de todo ¿no había ido yo a la tierra prometida donde la utopía se había convertido en realidad? Yo también perdí la justificación de mis motivos de vida, después de todo, la URSS como proyecto de nación puso el mundo a mis pies.

Valeri, el más "comunista" de la juventud cubana, ese ser que defendía la hermandad y solvencia de los proyectos soviético y cubano, enmudeció ante la desolación y los datos duros de la verdad. Mientras el mundo celebraba el advenimiento de la "libertad" detrás de la cortina de hierro, una generación entera quedó profundamente herida al perder los cimientos de su identidad y orgullo nacional.

Esa fue una tarde de otoño muy triste, a partir de ese día me pareció que el fin de año se adelantaba, me pareció también que cada novedad nos adentraba a la oscuridad de la noche que 1989 representó para la URSS.

Quienes me conocen saben que soy una persona sumamente crítica hacia aquellos proyectos o personas que se denominen o auto nombren "de izquierda", tal vez al leer este relato las personas comprendan el alcance de las esperanzas y riesgos que se infunden en cada ser humano al venderles como proyecto nacional una quimera de ese tamaño. El único referente real de lo que pretendió ser un socialismo fue la URSS, implantó y sostuvo su régimen económico basado en la represión y en el total aislamiento de su población, como sucedió en su momento en España, Chile y Argentina, después de todo, dictadura es dictadura, no importa que venga de la derecha o de la izquierda.

Al día de hoy creo firmemente en que, a menos que a los latinoamericanos se nos garantice un estado benefactor como el de Suecia, Noruega o Finlandia, no tenemos más alternativa que construir nuestro proyecto nacional a partir de nuestra realidad y con miras a un bien común tangible, sin remedos.

Esta fotografía fue tomada en invierno, no recuerdo el día, lo que no olvido es que en la mesa que está a mi derecha tomamos té esa tarde que hoy rememoro. Valeri estuvo sentado en la silla que se logra ver, yo en el lugar que tengo en la misma foto, Naty ocupó el lugar más cercano a la puerta. Sobre la mesa se puede ver la cena que se preparó Nazima, creo que fue una mezcla rica de arroz con dátiles.